Un Italiano en Francia - Capítulo 3.
Un Italiano en Francia Por: Dirk Kelly Capítulo III: La noche de los corredores vacíos La tormenta cayó sobre Versalles como un presagio. El cielo, encendido de relámpagos, parecía anunciar que el mármol del palacio pronto se quebraría. Los cortesanos se agolparon en los salones dorados, refugiados entre carcajadas, música y copas rebosantes de vino. Pero más allá de esas salas, los corredores estaban desiertos, cubiertos de sombras danzantes que las velas apenas lograban apartar. Fue allí donde Piero encontró a Fedora. Ella caminaba con un candelabro entre manos, la llama temblando como su propia respiración. La lluvia golpeaba contra los ventanales con un murmullo casi humano. —¿No temes a la tormenta? —preguntó él, su voz ronca en la penumbra. Fedora lo miró, y en ese instante el resplandor del rayo iluminó su rostro: la piel tersa, los labios entreabiertos, los ojos que ya no sabían disimular. —Temo más a otras cosas que a la tormenta —susurró ella. El silencio posterior fue a...