Entradas

Sombras de Nashville - Capítulo 1.

Imagen
Sombras  de Nashville   Por: Dirk Kelly Capítulo I – Bajo Luces de Neón    Noviembre 2023 - Nashville, Tennessee. Nashville no duerme. Solo se recuesta sobre un colchón de ruido, whisky barato y música country que se arrastra por las calles como humo. A esa hora, la ciudad era piel erizada bajo la brisa húmeda. Y en el corazón de la ciudad, donde las botas suenan más que las sirenas, Jon Houlan cantaba con el alma hecha jirones. El escenario de The Wild Lantern olía a sudor, bourbon y decisiones que no aguantan hasta la mañana. Con su guitarra acústica Gibson vieja y el sombrero ladeado como un vaquero de película western, Jon cerró los ojos y cantó una de las suyas. Una balada rasgada, de esas que nacen entre el crepitar del vinilo y el roce de una piel que ya no está. > "Me dejaste el silencio en la radio del Chevy... > y aún suena tu adiós entre la pedal steel y el Jack." El último acorde tembló en el aire. Y entonces la vio. Apoyada en la barra, vestida con...

Lujuria en Versalles, Amor en Cataluña - Capítulo 7.

Imagen
  Lujuria en Versalles, Amor en Cataluña    Por: Dirk Kelly Capítulo VI – Bodas en Cataluña Un par de meses después... La catedral de Girona se erguía solemne, con sus muros de piedra bañados en la luz temblorosa de cientos de cirios. El incienso impregnaba el aire, mezclado con el perfume de flores blancas y vino derramado en cálices de plata. Los cantos resonaban en las bóvedas como si ángeles invisibles observaran aquella unión, aunque los presentes sabían que era más el deseo humano —que la gracia divina— el verdadero motor de aquella ceremonia. En el altar, Armand de Villeneuve sostenía con firmeza la mano de Claudine Morel . No era un gesto delicado: era posesivo, decidido, como si al apretarla quisiera dejar claro que aquel matrimonio era una alianza hecha de cuerpo y estrategia aunque tambien de amor. Claudine, radiante en un vestido de encaje que parecía diseñado para insinuarlo todo sin mostrar nada, alzó la vista y sonrió. Su sonrisa, como siempre, era un pa...

Lujuria en Versalles, Amor en Cataluña - Capítulo 6.

Imagen
  Lujuria en Versalles, Amor en Cataluña    Por: Dirk Kelly Capítulo VI – Promesas entre sábanas  La mansión catalana dormía bajo la calma de la medianoche. El eco distante de un canto popular se apagaba en las colinas. Los corredores, tibios por las velas recién extinguidas, aún guardaban el olor de piel caliente y vino derramado. Pierre e Isolde: En la alcoba alta, el mosquetero yacía con el torso desnudo, las sábanas a la altura de la cadera. Isolde respiraba rápido mientras se recogía el cabello rubio y ondulado, su pecho subiendo y bajando con restos de placer reciente. Sus pezones erectos otra vez. Aún tenía las mejillas encendidas, y entre los muslos le temblaba el recuerdo de él. Pierre deslizó su mano por la curva de su espalda y besó su hombro. —Ya no soy solo un soldado errante, mi amada —dijo en voz baja—. Armand me ha dado un lugar a su mesa. Compartiré su fortuna… su posición. Isolde lo miró con una mezcla de emoción y miedo. El brillo de ambición...

Lujuria en Versalles, Amor en Cataluña - Capítulo 5.

Imagen
  Lujuria en Versalles, Amor en Cataluña    Por: Dirk Kelly Capítulo V – Cataluña. El aire de Cataluña no era como el de Francia. Aquí, el viento parecía más limpio, más cargado de sal y de aromas cítricos; un aire que invitaba a soltar el peso de las sombras recientes. La mansión del primo del Duque, con sus muros ocres y balcones abiertos hacia viñedos infinitos, se alzó como un santuario de fuga y deseo. El Duque Armand de Villeneuve, aunque aún con las heridas invisibles del exilio, se sintió renacer al pisar esa tierra cálida. Pierre, por su parte, no podía apartar los ojos de Isolde: la había tenido entre sus brazos en la frontera, y cada mirada, cada roce, lo hacía arder de nuevo. Claudine, astuta como siempre, veía todo con ojos de ajedrecista: conocía los deseos de cada uno y sabía que en esa nueva tierra el pudor se deshacía una vez más como la cera bajo el sol. La primera noche en Cataluña fue de celebración. El primo del Duque descorchó los mejores vinos de su...

Lujuria en Versalles, Amor en Cataluña - Capítulo 4.

Imagen
  Lujuria en Versalles, Amor en Cataluña    Por: Dirk Kelly Capítulo IV – La Mansión en la Frontera La noche era espesa como vino añejo. El carruaje, cubierto aún de barro y hollín de las aldeas incendiadas, se detuvo frente a la imponente mansión de Villeneuve, a pocos kilómetros de la frontera española. Allí, las columnas blanquecinas y las ventanas de hierro forjado parecían todavía pertenecer a la Francia antigua, la de terciopelos y banquetes, mientras a sus espaldas, París ardía y Versalles caía bajo el clamor de las masas. Los criados, con el miedo en los ojos, los recibieron en silencio. El Duque había preparado ese refugio como última carta: desde allí podrían escapar hacia España o, con suerte, reorganizar alianzas con las casas nobles del sur. Pero más que un refugio, la mansión se transformaría en un escenario de pasiones oscuras. Pierre d’Artagnan entró con paso firme, el sable aún ceñido, la mirada atenta. Había luchado en campañas, visto morir hombres bajo ...

Lujuria en Versalles, Amor en Cataluña - Capítulo 3.

Imagen
  Lujuria en Versalles, Amor en Cataluña    Por: Dirk Kelly Capítulo  III –  La Huida a la Frontera   Las campanas de las aldeas repicaban con furia, no para anunciar la misa, sino para llamar al pueblo a las armas. Francia estaba incendiada. Versalles, otrora un edén de terciopelos y fuentes danzantes, se había convertido en rumor de hogueras, cuchillos escondidos y gritos de odio contra los nobles. En ese caos, la huida del Duque, Claudine, Isolde y Pierre d’Artagnan se volvió un ajedrez mortal. Las carreteras estaban infestadas de barricadas improvisadas, campesinos exaltados y soldados desertores que habían cambiado de bando. Y sin embargo, en esa huida al filo de la guillotina, el deseo se entrelazaba con el miedo como un veneno dulce. Isolde, con la piel aún encendida por las noches de Versalles, miraba de reojo a Pierre. Su porte de mosquetero, con la casaca gastada por la guerra pero los ojos brillando como acero bruñido, le provocaba escalofríos qu...

Lujuria en Versalles, Amor en Cataluña - Capítulo 2.

Imagen
Lujuria en Versalles, Amor en Cataluña    Por: Dirk Kelly Capítulo  II – El rescate del mosquetero  El calabozo apestaba a humedad, a hierro oxidado y a cuerpos derrotados. Las antorchas que colgaban de las paredes apenas iluminaban la piedra mohosa. El Duque de Villeneuve yacía en un rincón, aún orgulloso pese a la suciedad de sus ropas, con el rostro endurecido como mármol. Isolde, con la piel perlada de sudor y el cabello rubio enmarañado, temblaba de rabia más que de miedo, mientras Claudine, de labios encendidos y ojos como carbones brillantes, parecía tan fría y calculadora como siempre, aun en la desgracia. Los dos guardias que vigilaban la celda reían entre dientes, intercambiando comentarios sobre los cuerpos de las mujeres y del propio Duque. La tensión era insoportable, el presentimiento de lo peor flotaba en el aire. Entonces, los pasos de botas firmes resonaron en el pasillo. Una silueta se recortó contra la luz vacilante de las antorchas: un hombre de u...